Como prevenir los tipos de problemas en la adolescencia
Problemas emocionales: En primer lugar, es importante que no se sientan juzgados, ni cuestionados. Por eso, podemos crear momentos en los que el adolescente puede expresarse libremente sin que el adulto le someta a un interrogatorio. Este hecho recibe el nombre de revelación.
De igual forma, hay que respetar su espacio y sus ritmos, sin que se sientan invadidos y cuestionados. Solo así, el adolescente se sentirá cómodo y podrá expresarse. Todo esto, tendrá repercusiones positivas en el clima familiar.
Trastornos alimenticios: Para evitarlo, es importante crear una rutina en torno a la hora de comer y que los alimentos sean ricos y variados. También, no lanzar mensajes negativos a los adolescentes sobre su imagen corporal y enseñarles a que se quieran por cómo son.
En los casos en los que la familia detecte una conducta inadecuada o tengan sospechas sobre si pudieran sufrir un Trastorno de la Conducta Alimentaria, es importante hablar de este tema y acudir al médico de atención primaria que nos derivará al especialista adecuado.
Ausencia de protección en las relaciones sexuales: En este aspecto, es muy importante la prevención y el abordaje de la sexualidad con normalidad. Es importante que desde pequeños, adaptándolo a su nivel de desarrollo, se aborde el tema de la sexualidad con naturalidad.
También que, a medida que se acerca la adolescencia, conozcan los métodos anticonceptivos, las características de cada uno de ellos y sepan dónde pueden conseguirlos.
También que, a medida que se acerca la adolescencia, conozcan los métodos anticonceptivos, las características de cada uno de ellos y sepan dónde pueden conseguirlos.
Alcohol y drogas: Primero, se inician en el consumo de drogas accesibles y que son legales (para los adultos) como son el alcohol y el tabaco y, a medida que pasa el tiempo, toman otras drogas como la marihuana y el hachís, acabando con otras como las anfetaminas, el speed, etc.
En ocasiones, el consumo es consecuencia de la inadecuada gestión de las relaciones y del tiempo de ocio. Por lo tanto y, para evitar el consumo precoz, debemos ofrecer a nuestros jóvenes otras alternativas de ocio en las que compartan el tiempo libre con su grupo de amigos y realicen actividades que les resulten satisfactorias.
También, tenemos que demostrarles que el consumo de alcohol y otras sustancias en la edad adulta debe hacerse siempre de manera responsable.
Adicciones sin sustancia: Para evitar la adicción y que entren en páginas webs que fomenten algún tipo de comportamiento ilegal o perjudicial para ellos mismos (sectas, pandillas, trastornos de la conducta alimentaria, pornografía, etc.) hemos de marcar una serie de hábitos y consumo responsable.
Por ejemplo, marcar el rato de uso para que no interfiera con sus responsabilidades y la hora a la que debe desconectarse. También, que los padres puedan controlar el historial de webs o que puedan estar sentados cerca de ellos mientras se encuentran navegando.
Actitud temeraria: Para evitar las consecuencias derivadas de estos comportamientos y prácticas, es importante que en casa se fomente un clima familiar en el que se hable de cualquier tema y no haya tabúes, como dijimos en el apartado de las relaciones sexuales.
También, que las relaciones familiares se promueva el respeto y el cariño por todos los miembros de la familia. En definitiva, que las relaciones sean sanas y los jóvenes vivan en un contexto positivo para ellos.
Problemas de relación: Por estos motivos y los expuestos anteriormente, es importante crear un clima de confianza y cercanía en casa.
Es importante poner unos límites porque los padres no son colegas, pero sí han de establecer los lazos adecuados para que exista una relación sana y de confianza.
Baja autoestima y obsesión con el cuerpo: Para fomentar una alta autoestima en nuestros adolescentes, debemos mandarles mensajes positivos y animarles a que se quieran a sí mismos por cómo son y no por cómo les gustaría ser.
Es importante aceptarse a uno mismo con los defectos y virtudes y cambiar aquello que realmente depende de nosotros y que nos conduzca a una mayor satisfacción personal.
Ociosidad no es lo mismo que ocio: Por eso, es importante explicarle la diferencia entre tener tiempo libre y aprovecharlo haciendo actividades satisfactorias y que contribuyan a un buen estado psicológico y no malgastarlas sin hacer nada.
Teniendo en cuenta los gustos del adolescente en concreto, podemos proponerle actividades culturales que contribuyan al enriquecimiento y sean provechosas.
Pandillas y sectas: Para evitar que nuestros jóvenes se asocien a este tipo de organizaciones, una vez más, el trabajo comienza en casa, en un contexto en el que relaciones sean sanas y los adolescentes tengan unos referentes y figuras de apoyo.
También, los padres y familiares cercanos deben estar pendientes de cómo son sus relaciones y si notan cambios en la conducta de los menores que puedan ser indicio de que algo no va bien.
Bajo rendimiento académico: En casa, es importante promover hábitos y rutinas de estudio, es decir tener un espacio para estudiar que se encuentre bien iluminado, establecer unas horas de trabajo en las que el adolescente no será interrumpido, etc.
Además, es importante la comunicación entre profesores y padres por si fuera necesaria la intervención o alguna acción puntual de manera conjunta.
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